Detectando de antemano, los coachees que realmente aprovecharán los procesos de coaching.

No todas las personas pueden ser coacheables, solo aquellas que tienen valores y desean cambiar realmente.

En muchos casos los coachees muestran una cara y son de otra, lo cual, puede ocasionar que el profesionalismo del coach sea puesto en duda sin saberlo.

Sería bueno detectar aquellas personas que no son transparentes o cuyo compromiso es relativo.

Para esto los coaches se deberían entrenar en técnicas especiales para detectar engaños y en bases de conducta humana y su relación con la productividad.

Que aportaría a nuestro campo:

1- Esto ayudaría a mejorar la ética del procesos, es decir, los auspiciantes o patrocinadores de los procesos verían una auténtica vocación de servicio.

2- Aumentar el prestigio de los buenos coaches. Al ser honesto y no intentar lucrar sin considerar primero su aporte. El aporte debe ser una retribución justa, nacida de la gratitud y el reconocimiento a lo que aportamos en el crecimiento del SER y del SABER HACER.

3- Aportaría al aumento de la confianza en nuestro servicio como coaches.

4- Ser más precisos como coaches y como diseñar nuestra intervención en cada proceso.

Pienso que si queremos impactar y ayudar a desarrollar otras almas, primero necesitamos nosotros demostrar verdadero espíritu de servicio, como la mayoría de los coaches comprometidos, como nosotros, y no como aquellos que no son profesionales.